RIVER PLATE Y LA ÉPICA DEL ASCENSO



En junio de 2011 el Club Atlético River Plate se fue al descenso. Por primera vez en su historia, River descendía después de no poder ganarle a Belgrano de Córdoba, equipo dirigido en ese momento por el Ruso Sielinzki.

Para decir la verdad, ese año de River fue bastante bueno y terminó 4° en la tabla de posiciones del Apertura 2010 y 9° en el Clausura 2011, con Almeyda como bandera y la presencia de jugadores de la historia del club y otros que comenzaban a destacar (*1).

Lo que verdaderamente marcó el descenso de River fue la imposibilidad de remontar aquel torneo de 2008 cuando salió último, con el “Cholo” Simeone de técnico. A eso se le sumó la irresponsabilidad de Passarella como presidente y J.J. López (otrota ídolo de River) como técnico interino.

Pero la culpa cayó más que nada sobre aquellos jugadores que terminaron cuartos o novenos, y poco en aquél torneo de 2008. Algunos de ellos se fueron a probar suerte afuera (el “Coco” Lamela fue parte del Tottenham de Pochettino, Bounannote no tuvo la misma suerte en el Málaga) y otros se quedaron para lo que venía:

River Plate, el de la Máquina, el de Labruna, el campeón del mundo en el ’86, el de Amadeo Carrizo y Filliol, el de la chilena de Enzo y Salas y River campeón, debía mostrar si estaba a la altura.

Y cuando todo hacía pensar que se venía lo peor, el club renació de sus cenizas.

Almeyda se hizo cargo del equipo como técnico. Volvieron cracks como Cavenaghi y el “Chori” Domínguez para ponerse el equipo al hombro dentro de la cancha.
Otros jugadores decidieron no volver. Decían que no era su momento y prefirieron quedarse tranquilos en otras costas. Allá ellos (*2).

La hinchada, el equipo y la historia del club se identificaron como nunca.

La masa societaria del club creció a un nivel pocas veces visto. Si en la primera división se podía comprar la entrada como no socio el día del partido o a lo sumo unos días antes para la Libertadores, en los partidos de local del ascenso había que ser socio para poder entrar. Con River volverían las hinchadas visitantes a las canchas del Nacional B.

River llevó mas hinchas a la cancha en la B que Boca siendo campeón en primera división durante el Apertura 2011.

Finalmente, el equipo que armó Almeyda demostró ser tan aguerrido como de buen juego. Ocampos brilló en el medio. Cavenaghi fue el gran goleador de la primera parte del torneo (incluyendo goles de lujo, como sombreritos al arquero y sus característicos goles de taco), a los que en la segunda se sumaron los de David Trezeguet. El “indio” Vega se agigantó en el arco y Maidana fue dueño y señor de la defensa.

El primer partido de este enorme desafío fue el 16 de Agosto de 2011. El paso por la B fue un proceso que reconcilió a la hinchada, el equipo y su historia. Le dio una energía como nunca antes se había visto. Los goles de Cavenaghi y la foto de Almeyda, arrodillado, festejando el ascenso son las marcas más visibles.

Después, con el ascenso, sucedieron cosas en las que prefiero no profundizar (el quiebre de Almeyda con Cavenaghi y el Chori) y un torneo Apertura irregular.

Todo se ordenó con la vuelta de Ramón Díaz como DT y Cavenaghi como delantero y capitán (más las presencias “estelares” de Menseguez y el “Malevo” Ferreyra, esas cosas que sólo se le perdonan a Ramón, quién también trajo el pie exquito del “Lobo” Ledesma en el mediocampo). El equipo salió campeón del torneo Final 2014.

Luego llegaría Gallardo, quién armaría un equipo mixto entre el de Almeyda y el de Ramón para tener un tremendo primer semestre que culminó con Barovero (arquero pedido por Ramón Díaz y figura) y Cavenaghi levantando la copa Libertadores.


A modo de epílogo

Hoy, casi diez años después, la mayoría de los hinchas de River prefieren evitar el tema. Esconderlo bajo la alfombra o anularlo con finales en Madrid. Es una lástima.

Los mismos que le pusieron el hombro, el canto y el coraje al momento más difícil del club pretenden borrarlo de su memoria. El exitismo es un camino de ida, que hace olvidar no sólo los momentos duros, sino también el buen juego que siempre fue la idea madre de River Plate. El pretender ganar como sea quedó plasmado en aquella final contra Flamenco, cuando uno de los relatores señaló acertadamente que River “no sabía que hacer con la pelota en los pies”. El River que tuvo en su historia los pies de Ortega, del “Beto” Alonso, de Bernabé Ferreyra, de Labruna y toda la Máquina, de Alfredo Di Stéfano, no sabía que hacer con la pelota. El River que en su peor momento había tenido la magia del Chori Domínguez, de Cavenaghi, de Trezeguet, de Lucas Ocampos...

Ya no era ese River. Era y sigue siendo otro. Con delanteros más entrenados en pegarle a los defensores que en darle la pelota a un compañero o pegarle al arco de afuera del área.

Yo soy de los que prefieren recordar con orgullo de aquél campeonato difícil. Ese que marcó quienes se la jugaron, quedándose o volviendo. Que transformó a Almeyda y Cavenaghi de cracks a ídolos indiscutidos en la historia del club. Que revolucionaron la tribuna(*3), generando la hinchada más fiel que probablemente haya tenido River en la historia. Algunos quieren olvidarla.

Yo prefiero recordarlo con dos frases, una que adoptó el club como bandera:
“En las malas mucho más”

Y la otra, la que sentenciaba el cantito más gritado en la tribuna:
“Le demostramos lo que es River en las malas”


Vaya si lo demostraron. Salud por ellos. Gracias por tanto.


El ascenso de River Plate

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Notas:


(*1) Del plantel del año del descenso (Apertura 2010 – Clausura 2011) fueron parte el “Burrito” Ortega y Diego Buonanotte (ambos sólo en el Apertura 2010).
Juan Pablo Carrizo tuvo un grann comienzo de en el arco, que se fue diluyendo en los últimos partidos. En la defensa Paulo Ferrari, Alexis Ferrero, un joven González Pírez y Jonathan Maidana. En el medio y con gran pie, el Coco Lamela y Manu Lanzini. Rogelio Funes Mori en la delantera. La aparición de un pibe que prometía (y que J.J. López quemó innecesariamente en la final con Belgrano) como el “Keko” Villalba. Matías Jesús “el Pelado” -Almeyda- fue el alma del equipo y un gigante en el mediocampo. Debe haber sido uno de sus mejores torneos. Recuperaba y distribuía. Corría como si tuviera 20 años. Jugaba de último hombre si el partido lo requería.


(*2) Ya habiendo salido del club Carrizo, primero Chichizola y luego el “Indio” Vega se hicieron cargo del arco. Carlos Sánchez llega desde Godoy Cruz para hacer historia. De reserva suben Ramiro Funes Mori y Luciano Abecasis para sumarse a una defensa comandada por Paulo Ferrari primero y Jonathan Maidana después. Por el mediocampo pasó Nico Domingo y se afianzó Ezequiel Cirigliano. Un tal Lucas Ocampos la rompió tanto que (lamentablemente) fue vendido al Mónaco después del ascenso. En la segunda parte se sumarían Leonardo Ponzio y el ex campeón del mundo David Trezeguet.


(*3) Después del ascenso, el canal Fox Sports organizó un programa sobre ese año tan particular para River. Hay que decir que eligieron el título que mejor reflejó todo ese proceso, que hoy pretenden que quede en el olvido: “La Revolución”.